Contra lo que muchos puedan pensar, las mujeres detective, no son un invento reciente fruto de la prolífica imaginación de escritores y guionistas de series televisivas. Por el contrario, la primera mujer detective nació en Nueva York en el siglo XIX. Trabajó en la importante agencia Pinkerton, a la que llegó respondiendo a un anuncio en el que solicitaban un detective para su oficina de Chicago, y su nombre era Kate Warne.
Cuando Pinkerton la recibió en su despacho dio por hecho que había venido a ofrecerse para un puesto de secretaria, hasta que le advirtieron de su error; fue entonces cuando Pinkerton le indicó que “no era costumbre de la agencia contratar a mujeres para el puesto de detective”. El argumento de Kate Warne fue que para una mujer es mucho más sencillo descubrir secretos en muchos lugares que para un hombre serían poco accesibles, ya que podría establecer relaciones más estrechas con novias y esposas de los sospechosos y, además, las mujeres eran más observadoras y se fijaban en detalles que para un hombre podrían pasar desapercibidos.
Con el tiempo, las agencias de detectives de todo el mundo, se ha apoyaron en estas mismas razones para defender la contratación de mujeres detectives hasta que ésta dejó de ser algo inusual.
Fue así como Kate convenció a Pinkerton para que la contratase y dos años más tarde le asignase un importante caso de malversación de fondos. La Adams Express Company había sufrido un desfalco de 50.000 dólares y el principal sospechoso era el Sr. Maroney. Kate Warne, como cabía esperar, se ganó la confianza de la esposa de Maroney, obteniendo de ésta valiosa información y finalmente, la compañía recuperó más de 35.000 dólares. Maroney cumplió una pena de 10 años de prisión y Pinkerton, impresionado, fundó la Oficina de Detectives Femeninos, poniendo a Warne al frente.
En sus memorias, Pinkerton definió a Kate Warne como “la mejor entre los mejores”.
El caso Lincoln
Pero por lo que Kate fue realmente reconocida fue por salvar la vida de Abraham Lincoln, por entonces presidente de los Estados Unidos. Cuando Samuel Felton, presidente de la compañía de ferrocarriles de la costa este, empezó a sospechar que se estaba tramando algo en torno a Lincoln, Kate fue enviada a Baltimore. Se infiltró entre la sociedad con el sobrenombre de Sra. Cherry y, en tan solo dos semanas, empezó a sacar conclusiones.
El plan de los terroristas era simular una bronca callejera que distrajese a los policías encargados de la seguridad del presidente, que atravesaría Baltimore en un desfile oficial, y aprovechar la confusión para rodear y asesinar al Lincoln.
Warne convenció al presidente para que se disfrazase con un bastón y un gran abrigo y juntos atravesaron la ciudad hasta introducirse en un tren sin escalas hasta Washington, donde llegó sano y salvo, cubriendo la guardia toda la noche, tanto ella como sus colaboradores
Tras esto, la agencia Pinkerton lanzó su conocido lema: “We never sleep” (nunca dormimos).